La crisis de los misiles en Cuba es el conflicto entre la Unión Soviética y los Estados Unidos que tiene lugar a finales de 1962, siendo una de las mayores crisis entre ambas potencias durante la Guerra Fría.
Los orígenes del conflicto se remontan a la decisión tomada por el Partido Comunista soviético de apoyar más directamente al gobierno revolucionario de Cuba que en esos momentos estaba al mando de Fidel Castro. La URSS vió en Cuba la base necesaria para el apoyo a nuevas oleadas revolucionarias pro-soviéticas en países americanos, así como por su cercanía a Florida, una base militar desde donde porder amenazar a los Estados Unidos sin que estos tuvieran tiempo de reacción. Por ello, el líder soviético Nikita Jrushchov y su gobierno decidieron asegurar la isla con la instalación de bases de misiles, con capacidad para alcanzar Estados Unidos y dispuestos para llevar cabezas nucleares.
Las instalaciones fueron descubiertas por las fotografías realizadas por un avión espía, el U-2. Antes esto, el Presindente Jonh Kennedy dijo que la eliminación de dichas bases sería un paso importante para la consecución de la paz, así pues realizó la promesa de que los Estados Unidos no invadirían Cuba, pero que dejarían un bloqueo hasta que una nueva inspección asegurase que los misiles habían sido desmantelados. Este hecho sucedión en respuesta del mensaje televisado enviado a Kennedy por Nikita en el cual se propugnaba que el bloqueo naval era una agresión ( dicha medida se había tomado en 1962 como medida de cuarentena).
El 27 de octubre en avión U-2 fue derribado por un proyectil soviético cuando sobrevolaba la isla, lo que incrementó la tensión. Sin embargo, ese mismo día Nikita le propuso a Kennedy el desmantelamiento de las bases soviéticas a cambio de la garantía de que EEUU no realizara ni apoyara una invasión a la antilla caribeña, además de desmantelar sus bases nucleares en Turquía. Después de muchas negociaciones de las cuales Castro fue excluído, Kennedy aceptó, poniendo así fin a la crisis.
En este momento se creó el llamado "telefono rojo" una linea directa entre la Casa Blanca y el Kremlin, con el fín de agilizar las conversaciones entre ambas potencias durante periodos de crisis.
Finalmente el 29 de octubre Nikita Jrushchov envió a Fidel Castro un informe de los términos del acuerdo soviético-norteamericano sobre Cuba
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